La redención(y casi el sacrificio por ello) es un tema de los que
podemos encontrar en la obra de Richard Wagner. Sin embargo, un personaje al
que se le puede relacionar es Tannhäuser, un trovador de la época que se
encuentra en una lucha interna entre el amor que sintió por Elisabeth y la
pasión sensual. El amor de ella hacia él
juega un papel primordial en esta ópera y resultará clave en el final de
la ópera. Una lucha que se percibe desde
la obertura, en la que se juega
con ambos sentimientos: la sensualidad...y el perdón.
En el primer acto, vemos a Tannhäuser recitando a favor de la
sensualidad, junto a Venus en el Venusberg. La diosa intenta mantenerlo con
ella, pero el trovador no se siente ya a gusto. En su interior, siente que
quiere volver al mundo después de tanto disfrutar de ese mundo de sensualidad
y, en cierto sentido, reunirse con peregrinos camino de Roma. Sin embargo,
Wolfram le indica que Elisabeth le echa de menos. Eso basta para decir que la
peregrinación ya no es una prioridad para él.
En el acto II, en el que ya conocemos a Elisabeth. La sobrina del Landsgrve, siente admiración y cariño para Tannhäuser. Se está preparando una competición en el que varios trovadores elogian el amor y lo definen con corazón puro, uno de ellos es Wolfram. El "premio"-hay que entender la época de desarrollo de la ópera- es la mano de la joven. Cada intervención en pro del amor idíllico y la belleza se ve contrarrestada con la respuesta de Tannhäuser que, por contra, hace un elogio del amor carnal tan fuerte que hace que todos se muestren enojados y hasta el punto de dirigirse contra el propio Tannhäuser. Elisabeth, a duras penas, logra evitar que la situación se degrade mientras el trovador, ya sí, decide ir a Roma con los peregrinos tras ver que el "perdón" de los demás también llegará por esa vía.
Sin duda, estamos ante uno de los coros que más llama la atención dentro del mundo operístico. Aunque el tema ya lo hemos percibido en la obertura, es cuando más se manifiesta en la segunda parte del coro. Esa búsqueda de redención que el propio Tannhäuser buscó y no encontró. Elisabeth, que rezaba por encontrar al trovador en el camino del perdón, se encuentra que, entre los peregrinos, no iba a Tannhäuser y decide entregar su vida como sacrificio y que el cielo perdone sus pecados.
Cuando estaba Wolfram sintiendo, en su interior, el dolor por Elisabeth, irrumpe Tannhäuser, en el camino ya de la perdición, del Venusberg. Ni siquiera el Papa cree en él y no le ha perdonado ni bendecido; de hecho, lo ha condenado sin salvación( "Así como del báculo que me sostiene jamás brotará una hoja, ni ningún atisbo de vida,de la marca del fuego del infierno jamás nacerá para ti, la salvación"). Cuando Venus irrumpe para devolverlo a su mundo, Wolfram dice la palabra mágica:Elisabeth, la que había rezado por él. En ese instante, se desvanece la diosa y entra un grupo de peregrinos para anunciar la redención de Tannhäuser con el báculo papal del que brotan unas flores y el ataud con el cuerpo de la joven. El dolor le hace caer muerto.