En
esta ocasión esta sección tiene que ir compartida con la presencia
de dos personajes que entraron en mi vida en los primeros momentos de
mi afición a la ópera: Manon Lescaut y el caballero Des Grieux, de
la versión compuesta por Giacomo Puccini, “Manon Lescaut”(para
diferenciarla de la ópera “Manon” de Jules Massenet) basada en
la obra del Abate Prévost en 1753 “Histoire de Manon Lescaut et du
chevalier Des Grieux”. De hecho, en esa época sentía una
fascinación por el personaje de él porque, en cierto sentido,
jugaba con esa sensación del flechazo(¿quién no ha soñado de
joven con vivir ese momento?), con ese momento en el que Des Grieux
va percibiendo que su enfado con Manon, que su frialdad va
desapareciendo con las palabras de ella, ese esfuerzo ciego por
acercarse a ella incluso en su desgracia y ese final. De hecho, si
hubiera jugado con usar un “pseudónimo” aquí, hubiera sido ese
“le chevalier Des Grieux”-aunque Belmonte Lostados tampoco estaba
mal situado- porque es un personaje que me gusta, aunque no implique
que me vea reflejado en él.
Des
Grieux, joven apuesto con cierto encanto, se queda enamorado al
instante al ver bajar de una carroza a una joven llamada Manon
Lescaut y que ella también percibe. Por ello, cuando se encuentran
la primera vez, ella le cuenta su triste historia:debe ser conducida
por su hermano a un convento. Ella ignora que en la carroza, en la
que iba su hermano y Geronte de Ravoir había otros planes. Con todo,
ese primer dúo trasciende amor entre dos jovenes y, con ayuda de
amigos, logran huir.
Como
vaticinaba el hermano de ella a Géronte, a ella no le gusta la
miseria y en el estudiante es factible. Ella huye de esa pobreza y
acude a la riqueza de Geronte. Des Grieux se queda entre enfadado y
con pesar. El propio hermano, sabiendo la forma de ser de su hermana
y el recuerdo hacia el joven, decide ayudar a Des Grieux y lo lleva
hasta la casa de Geronte, aprovechando su ausencia. El encuentro
entre ellos es frío porque él se siente molesto por la actitud
caprichosa de ella hasta que, al final, se conciencia que su amor
primero es superior a un enfado puntual. Sin embargo, la llegada de
Geronte supone,según las leyes de esa época, que iba a ser detenida
y condenada a un exilio forzoso.
El
hermano le conduce hasta Le Havre, donde está Manon detenida y
camino del destierro. Lo sencillo, aunque duro, era estar ahí en la
despedida, sufrir y seguir su vida. Sin embargo, no es así y cuando
se produce el llamamiento su reacción es instintiva y acaba logrando
ser aceptado como mozo en el barco que llevará a Manon hasta
Luisiania, en esa época perteneciente a Francia. Ese “appello”
,que ven si pulsan en el enlace, es algo memorable por todo lo que
transmite: desolación en él, remordimiento en ella por no haberlo
querido y el pesar del hermano narrando a los demás asistentes lo
que pasa con esos dos jóvenes.
En
el lugar donde es destinada Manon se produce un incidente tal que
ellos logran huir y acaban en una zona árida sin agua. La debilidad
de Manon amenaza ya con su vida, algo triste. Des Grieux busca agua
pero no la encuentra y vuelve junto a ella. Es el final de la ópera,
es la desesperación de Des Grieux mientras ella, con voz tenue, se
despide: “Le mie colpe travolgerà l'oblio,ma l'amor mio... non
muor...”... mis culpas se las llevará el olvido pero el amor mío
no muere”.