domingo, 23 de agosto de 2020

Lo que el coronavirus arrastró...y aún sigue

Ante todo, quiero recordar a todas las personas que fallecieron por este virus maldito que, por cierto, me importa poco si fue “importado” o “fabricado”. No les dedicaré el artículo porque merecerían uno mejor. También a las que enfermaron pero se han acabado restableciendo.

El paso del virus por este campo, como es la música clásica, ha sido devastador debido a la evidente necesidad de protegerse y eso ha implicado a orquestas, cantantes y el público que, mayoritariamente, ha sido el ausente desde los diferentes confinamientos a lo largo del planeta. Las orquestas han tenido que prepararse de una manera determinada para conjugar la interpretación con los diferentes protocolos sanitarios, combinando músicos a una determinada distancia o el uso de mamparas de metacrilato. Con todo, han sido varias orquestas las que han acabado echando el cierre temporal mientras el público no pueda llenar las salas de concierto. Otras han acabado recurriendo a ideas como conseguir algún recital al aire libre. 

Respecto a los cantantes de ópera la situación no es más diferente. Salvo raras excepciones, lo habitual es intervenir en recitales emitidos por streaming. En otras, las circunstancias no han paralizado determinadas actuaciones como la programación del Arena di Verona o el festival de Peralada. Con todo, supongo que si hay algo complicado es seguir las pautas de distancia social sobre el escenario...durante una representación de “La traviata” como la que se realizó en el Teatro Real.

Los teatros de ópera se han encontrado en una tesitura complicada entre la falta de ingresos- porque, por ejemplo, el confinamiento en España se alargó tres meses entre el estado de alarma y las diferentes fases- , la reubicación de la programación pero, a su vez, hablarlo con los intérpretes para ver cuál es la mejor fecha para que pudieran estar presentes. Así, el Liceu cerró la temporada 2019/20, el Teatro Real cerró hasta el 1 de julio con la mencionada “La traviata”. Eso sí, hay que reconocerles a los grandes teatros de ópera que intentaron, vía streaming, emitir versiones pasadas y hacer que la enfermedad se pasara de forma menos dolorosa.

Quisiera terminar recordando a todos aquellos artistas que, durante el confinamiento, intentaron amenizar con sus interpretaciones.


Músicos de la OSCYL interpretan la Novena Sinfonía de Beethoven



domingo, 9 de agosto de 2020

Il faut partir(La fille du Régiment)

 

La aria de los nueve «do de pecho», en la donizettiana «La fille du Régiment,» goza de un prestigio entre los aficionados de ópera. Su fama se extiende por la complejidad técnica de su interpretación vocal. Pero nada más recibir los aplausos y un posible «biseo», es la soprano quien debe interpretar una escena en la que es ella la que debe reflejar un sentir de pesar. Ella, Marie, debe abandonar el regimiento reclamada por una pariente-su tía, aunque luego se sabrá en el segundo acto la verdad- justamente cuando su prometido Tonio se acaba de enrolar en el regimiento. La escena tiene un contrapunto maravilloso con un concertante posterior en el que Tonio, Sulpice y el regimiento se muestran desangelados por la marcha de ella, quien se va con el corazón roto. La escena completa, pues, es ésta.

Primero hay que indicar que la belleza de esta escena viene de la voz de la soprano y, sobre todo, su capacidad de interpretación vocal y de presencia sobre el escenario. Es decir, una credibilidad unida también a una exigencia técnica que, sin llegar a otros momentos de la ópera(por ejemplo, recuerdo «Salut à la France«) tiene que solventar en ese Adieu cargado de sufrimiento y un fraseo muy nítido y que permite percibir claramente la tristeza que siente la joven ante la separación con Tonio y sus «padres» del regimiento. El acompañamiento musical lo lleva, aparte de los instrumentos de cuerda, el cuerno inglés que es el que logra enviar al oyente esa melancolía y, en menor grado, el cuerno francés y el clarinete. Destacar, el instante en el que Tonio, Sulpice y el cabo del regimiento intervienen para aportar un poco de tensión y tristeza a la escena. Quiero terminar aquí con la versión en italiano( de esta escena pues hubo una adaptación italiana de la ópera estrenada en Milán unos meses después de su estreno en París y que tuvo ciertas variaciones. Es la interpretación de Anna Moffo de este maravilloso «Convien partir».

Escena: Il faut partir
MARIE
Il faut partir,
mes bons compagnons d'armes,
Désormais,
loin de vous m'enfuir!
Mais par pitié,
cachez-moi bien vos larmes,
Vos regrets pour mon coeur
Hélas! ont trop de charmes!
Il faut partir!
Ah! per pitié, cachez vos larmes!
Adieu, adieu!
il faut partir!


TONIO, SULPICE (Pleurant) Je perds, hélas!
en un instant Tout mon bonheur
en la perdant.

LE CAPORAL Tant de chagrin,
ah! c'est vraiment Fort incroyable
assurément!

MARIE Il faut partir, adieu!
Vous que, dès mon enfance,
Sans peine,
j'appris à chérir.
Vous, dont j'ai partagé
Le plaisir, la souffrance!
Au lieu d'un vrai bonheur
On m'offre l'opulence!
Il faut partir!
Ah! per pitié,
cachez-moi votre souffrance!
, adieu!
il faut partir!

Vídeo: Sumi Jo