jueves, 9 de julio de 2020

30 años del concierto de Caracalla

Aunque ya había recitales de ópera antes, el 9 de julio de 1990 fue el nacimiento de un producto que tuvo mucho de marketing pero, también, fue un hito que se repitió, de forma conocida otras dos veces más: Los Ángeles(1994), París(1998) y Yokohama(2002) . Era una gala que se emitía el día antes de la final de la Copa del Mundo de fútbol y que acabó superando al evento deportivo, la célebre gala de “Los Tres Tenores”. Se reunió bajo la dirección de Zubin Mehta a los tenores Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras en un evento,previsiblemente único, pero que supuso el inicio de una serie de galas más allá de las mencionadas porque se vio que era algo que permitía desde eventos especiales a otros de tipo benéfico. El formato se extendió más allá con una mezcla de ópera, canciones clásicas y populares que aún divide entre los que consideraron positivo el evento y quienes no.De hecho, un año después repitieron con varias sopranos sobre el mismo escenario.

Pero comencemos. La retransmisión en España contó con la colaboración de Terenci Moix y Olga Barrios para TVE. Las primeras notas que sonaron fueron de la obertura de la ópera de Giuseppe Verdi “I vespri siciliani”. El primero que salió a cantar fue José Carreras con “Il lamento di Federico” de la ópera “L'Arlesiana”, de Francesco Cilea. El tenor catalán eligió para su repertorio de este concierto el mencionado fragmento, el improviso del primer acto de “Andrea Chénier”(Umberto Giordano), la napolitana “Core'ngrato” de Salvatore Cardillo y la célebre “Granada”, de Agustín Lara.


Plácido Domingo cantó dos fragmentos de ópera(O paradis de “L'africaine” de Meyerbeer y “E lucevan le stelle” de la obra de Puccini, “Tosca”), una romanza de la zarzuela de Pablo Sorozábal “La tabernera del puerto” -la famosa “No puede ser”- y la menos conocida para el público, “Dein ist mein ganzes Herz” de la opereta de Lehár “Das Land des Lächelns”.



Luciano Pavarotti cantó “Recondita armonia” de la ópera “Tosca”, de Giacomo Puccini y volvió con el mismo compositor y la célebre “Nessun dorma” de la obra “Turandot”. Como canciones populares se acercó a fragmentos de su tierra, “Rondine al nido” de De Crescenzo y “Torna a Surriento” de De Curtis.


El programa consistía en dos piezas instrumentales para lucimiento de las orquestas del Maggio Musicale Fiorentino y de la Ópera de Roma, la mencionada obertura y una pieza de Respighi de las “Fiestas Romanas”, un poema sinfónico sugerente y que iba en mitad de los programas “individuales” de cada uno de los cantantes.
Para terminar, un potpourri de fragmentos conocidos que llegó al biseo completo, culminando con la imagen más icónica de estos conciertos: la del tremolo de Luciano Pavarotti y la respuesta de Plácido Domingo y José Carreras en la misma línea.

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