Fedora Barbieri, al igual que comentamos hace unas semanas con
Justino Díaz, forma parte de ese tipo de cantantes de ópera que
destacaron por su profesionalidad y su presencia sobre el escenario o el
estudio de grabación. En un mundo en el que el protagonismo se lo
llevan los papeles protagonistas llevados a cabo por tenores y sopranos,
tener una voz de barítono, bajo(en el caso de Justino Díaz y otros
tantos), mezzosoprano o contraalto le permite ser reconocida en el mundo
de la ópera, los recitales,etc .Sin embargo, son primordiales también
para un buen desempeño de una representación a pesar de, en muchos
casos, llevar a cabo un rol secundario o casi terciario. De hecho, la
primera vez que escuché/vi a Fedora Barbieri fue en el rol de Berta en
«Il barbiere di Siviglia», de Gioachino Rossini: el papel no tiene
importancia pero sí una pequeña aria(«Il vecchiotto cerca moglie»).
Acerba volutta(Adriana Lecouvreur)
Nacida en Trieste en 1920, se metió de lleno en una vocación que le
llevó a estudiar canto bien pronto, ganar una beca asociada que le
permitió perfeccionar su formación en la escuela del Maggio Musicale
Fiorentino, en su ciudad de adopción desde bien joven. En 1940 debutó
como Fidalma en «Il matrimonio segreto», de Domenico Cimarosa. Algo
inaudito, sin duda. Al día siguiente, por problemas vocales de la que
debía interpretar el rol de Azucena en «Il trovatore». Las puertas del
Teatro alla Scala se le abren a los dos años, con solo 22 años, para la
Novena SInfonía de Ludwig von Beethoven como una de los cuatro solistas
que llevan el desempeño de la magna obra. Su recorrido es tan
espectacular a pesar de un paréntesis de dos años(1943-45) tras su
matrimonio y, en cierto sentido, el recrudecimiento de la parte final de
la II Guerra Mundial. Regresó con cierta fuerza pero esa culminación le
llegó en 1950: debut en Nueva York.
Son la vecchia Madelon(Andrea Chénier, de U. Giordano)
Ese año, 1950 supuso su primera representación en el «Met» como princesa de Éboli. Fue asidua entre 1950 y 1956, volvió como Dame Quickly en 1967, tardó otros cinco años y, por último, frecuentó el escenario neoyorquino entre 1975 y 1977 cuando intervino en dos papeles de «Il trittico» en su última interpretación. En Londres hizo su primer papel en 1957 como Azucena(como así consta en su archivo histórico). En el Gran Teatre del Liceu, en Barcelona, debutó en 1957. Prácticamente, su carrera se prolongó hasta el año 2000, tres años antes de su fallecimiento, aunque había reducido, prácticamente, su presencia en los escenarios con papeles menos exigentes. Se despidió, tras seis décadas en los escenarios donde comenzó: Florencia. Ese tiempo menos exigente, comobarbi indicábamos, se unió a sus masterclass y recitales.
Il trovatore(G. Verdi) escena acto II con Mario del Monaco
Su repertorio extenso está marcado por sus roles verdianos en el que
destaca Azucena(Il trovatore) que interpretó con gran estima.Luego, los
clásicos roles de mezzosoprano, abarcando desde los clásicos del siglo
XVII-XVIII(Glück,Monteverdi,Cimarosa, Cherubini,etc), bel canto(Rossini,
Donizetti, Bellini), verismo(Puccini, Giordano, Cilea, Alfano,etc.).
También Bizet, Saint Säens) y, como particularmente llamativo,
Prokofiev(Guerra y paz), Mussorsgky(«Boris Godunov») o Wagner(«Tristan e
Isolda»). En lo referente a las grabaciones,realizó varias versiones en
un estudio de grabación o «en vivo», destacando en ambas facetas, el
hecho de estar en versiones en la que estaba Maria Callas. Otra figura
en su carrera será Toscanini.
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