jueves, 12 de diciembre de 2019

Momentos memorables: Obertura "Un giorno di regno"

Dos únicas óperas de tipo bufo compuso Giuseppe Verdi en su vida con una distancia de más de mediosiglo, como queriendo entender el compositor que el mejor momento para el humor requería un cúmulo de sapiencia para no errar el paso. Falstaff(1893) tuvo un sentido de humor, en cierto sentido, profundo pero generando una serie de escenas para lograr la sonrisa del público. También se podría buscar algunos lances de humor con determinados personajes(destacando Melitone y Trabuco en “La forza de destino”) pero es que “Un giorno di regno” le dejó marcado al compositor de Le Roncole di Busseto. Fue su segunda ópera tras “Oberto, conte di San Bonifazio” pero ya arrastraba un permanente dolor familiar: la muerte de sus dos hijos(ambos con un año de edad, tanto en 1838(Virginia) como en 1839(Icilio Romano) durante el estreno de la primera ópera y la composición de “Un giorno di regno”. Poco antes de la puesta en escena de este segunda ópera, moría también su mujer, Margherita Barezzi. En cuatro años vivió un terremoto afectivo, casándose en 1836, volvía a estar solo en 1840. En pleno dolor estrenó la ópera, acabando en un fracaso que le llevó a querer dejar la composición, que sabemos que no ocurrió por el azar y la insistencia de Merelli, empresario del teatro milanés de la Scala; así surgió “Nabucco”.Con todo, durante estos primeros años hubo relación de amor-odio con el público milanés, al que le achacó no haber tenido consideración con una persona devastada por la tragedia personal. Poco después se volvió a representar en Venecia con otro nombre muy asociado a la ópera y su argumento: “Il finto Estanislao”.


“Un giorno di regno” es, en sí, una ópera con libreto de Felice Romani pero no hecho a propósito, sino sacado del cajón. Pudo ser también un factor de fracaso porque el argumento, enrevesado, está muy alejado del preparado libreto de Falstaff. Más propio del humor de Rossini que de un compositor en su segundo estreno, le pudo afectar eso también. Es decir, era un estilo cuyo gusto ya estaba de pasada y la propia deriva del belcantismo llevaba a una temática inadecuada de embrollo marital, escenas en las que me imagino que el compositor no se sentía a gusto tras el acuerdo con el teatro milanés para estrenar una ópera buffa. Fruto de eso es que es, posiblemente, la ópera menos representada de Verdi. Con todo, traigo aquí su obertura inicial cargada de intensidad y contagiado entusiasmo que casi es difícil imaginar que fuera compuesto en tal situación dramática. Con un comienzo en Allegro se percibe la fuerza de los violines manteniendo la orquesta pero en el que quiero destacar el juego de los instrumentos de viento madera(flauta, oboe, fagot y clarinete y, en menor grado, el octavino) que nos acercan más al estilo jocoso de la trama(con ayuda también de violas, violonchelos y contrabajos) y, en especial, al personaje principal. Un brillante combinación que nos proporciona momentos de “diálogo” y que, sinceramente, nos lleva a otros tiempos más rossinianos.


bertura "Un giorno di regno"

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