miércoles, 9 de octubre de 2019

Rincón chico: Bohemios

Llevaba “La bohème” ocho años desde su estreno casi conjunto-recordemos que Giacomo Puccini y Ruggero Leoncavallo compusieron cada uno una ópera con el mismo nombre- cuando Amadeo Vives quiso también componer una zarzuela sobre el mismo libro “Scènes de la vie de bohème”, de Henri Murguer. Durante el siglo XX otras obras usaron el libro o lo que les inspiraba para sus obras respectivas(tambien una opereta o un musical en Broadway). Pero aquí nos ceñimos a la zarzuela, sus personajes y esas escasas menciones a Rodolfo y Mimì, los célebres personajes de las óperas de Puccini y Leoncavallo, como un modo de acercarse a la obra, poco más.



Eso sí, Amadeo Vives logró mostrar la vida bohemia que ya les era conocida con otros personajes en la línea: un compositor, su poeta-libretista y una vecina aspirante a ser cantante lírica. Todos ellos sufren de escaseces que intentan superar con algo de entusiasmo y sin el dramatismo de las dos óperas. Tres personajes que, por cierto, son ayudados de una forma muy “particular” por un llamativo mecenas llamado Giraud.



La obra empieza con Roberto buscando de encontrar la melodía perfecta para el poema que le ha preparado Víctor, dos amigos y artistas nóveles sin que nadie les tenga en cuenta. Pero Roberto no puede coger la inspiración porque una vecina que quiere ser cantante lírica se dedica a cantar y él se descentra; a pesar que ella canta melodías compuestas por él, no la traga y desea que su éxito la aleje de allí y le deje trabajar. Sin embargo, desconoce que ella sí quiere ayudarlo, logrando que Girard, su mecenas sea también de Roberto. Ella conoce su obra, la canta...y le deja la invitación para la noche en la Ópera Cómica.






Tanto Víctor como Roberto están hambrientos porque poco les llega y tienen que ser fiados hasta cierto punto. Roberto, que se ha ido con dos jóvenes a cenar, no sabe lo que sufre Víctor que, en una plaza, puede ver a Cossette aunque, en si, él no la ha reconocido. Es la escena más famosa de la zarzuela, uno de esos coros memorables(“Corramos los bohemios de ardiente corazón”).




Víctor se da de bruces con la realidad y el sufrimiento hasta que se encuentra con Girard, quien lo salva de un gran pesar y también lo acoge; mientras, nos encontramos con otro momento emblemático: Roberto pretende disfrutar de la noche con las mismas dos jóvenes-Juana y Cecilia- con las que ha cenado pero Cossette ve a los tres y, sea por un poco de celos, interviene nombrándolo porque ella sí que lo conoce de vista pero él no. Sin embargo, la mención de su nombre, de “Cossette” termina de convencer a Roberto de su amor por ella.








Es quizás, la parte en la que se juega con el teatro dentro del teatro- una prueba de canto-, con Girard montando un buen lío a Víctor y a Roberto, casi separándolos, enojados - ”dos desconocidos no pueden hacer su debut juntos”- para luego juntarlos, desconociendo el mecenas...que ellos ya se conocen en la escena más jocosa de la obra, cuando Víctor empieza a sospechar de las maneras de Girard. Sin embargo, el otro gran momento de la obra es cuando ella se dispone a cantar para el director Rossand y escoge como la obra a cantar el dúo de “Luzbel”, la composición de Roberto, ante el asombro de él. El éxito es arrollador como la alegría de los dos, casi camino del matrimonio, y el gran cariño de Cossette al encumbrar en el éxito también a Víctor...con los acordes finales de la zarzuela. 
 

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