El
próximo día 19 de marzo se celebra San José y, además, el día
del padre. Como siempre que llega esta fecha recuerdo la figura de
Giuseppe Verdi, quien apenas pudo disfrutar de esos felices instantes
familiares. En apenas dos años, su feliz familia se desvaneció con
tres tragedias sin par: la muerte de su hija Virginia, su hijo Icilio
Romano y su mujer, Margherita Barezzi. Tres desastres sin paliativos
que hicieron mella en el compositor, primero en su propósito de no
componer más y, luego, a través de las óperas que acabó
componiendo. Merelli y la conocida anécdota del “Va, pensiero”
fue la motivación para volver a componer pero, además, dicha
ópera-”Nabucco”- sirvió para reencontrarse con Giuseppina
Strepponi, que había cantado como Leonora en “Oberto, conte di San
Bonifazio”(no me refiero al día del estreno). En esa época
comenzó una relación que duraría medio siglo. Buena parte de la
carrera operística de Verdi se pudo deber al papel que jugó ella en
la vida del compositor.
Verdi
nos lleva a muchos sentimientos. Conocida es esa parte de su obra que
nos lleva al compositor comprometido con la causa de la unificación
italiana: óperas que en su partitura, contienen coros, frases que
levantaban el alma patriótica del italiano. Sin embargo, no quiero
olvidar aquí la figura familiar del padre, una situación que apenas
disfrutó. Bastantes óperas contenían escenas paterno filiales es
que ha sido, en cierto sentido, fácil imaginar que el compositor
imaginaba cómo habría sido su relación con sus hijos de haber
sobrevivido éstos.
Amor
paterno-filial que podía llegar a ser enfermizo como el de Rigoletto
con Gilda, idolatrado de Luisa hacia su padre hasta el punto de
sacrificarse por él,etc Aquí hay que entrar en un hecho llamativo
como es la muerte en escena de un hijo/a ante su mirada(mencionado
Rigoletto, Miller con su hija Luisa,Guzmán en Alzira,Juana de Arco )
como si reviviera en esas óperas el dolor de la pérdida de sus
hijos naturales(recuerdo, un poco más de un año de edad que tenían
cuando fallecieron).
De
hecho,en la primera ópera tras la tragedia nos encontramos con la
relación Julieta-Barón de Kelbar pero, en sí, lo que nos concierne
comienza con el triángulo Nabucco-Fenena - Abigaille, quién creía
ser la hija mayor y acabó descubriendo que era hija de esclavos.
Fueron sucediendo las óperas y, por ejemplo, nos encontramos con las
rencillas entre Arvino y Giselda en “I lombardi alla prima
crociata” aunque, al final, se juntan en la batalla final de la
cruzada. Se fueron sucediendo óperas en las que la menciones eran
directas o indirectas(por ejemplo, cuando Macduff recuerda como
Macbeth había matado a sus hijos en una de esas escabechinas que el
rey escocés realizaba para eliminar rivales).
También
Verdi dispuso relaciones polémicas entre padre e hijo como es el
caso de Monforte y Arrigo, una relación cargada de tensión que coge
su punto álgido cuando Monforte le revela el vínculo paterno-filial
a Arrigo a través de una carta de su madre. Aunque parece que todo
sigue igual, Arrigo empieza a preocuparse por su padre en una fiesta
que iba a ser objeto de magnicidio pero que él para. Un vínculo que
le lleva a suplicarle a su padre que salve la vida a Elena, una de
las cómplices del mncionado intento de asesinato y condenada al
suplicio.
Aunque
hubo otros papeles emblemáticos(Amonasro-respecto a Aida-, Felipe
II-infante Don Carlos-,Simón Boccanegra y su hija Amelia,etc) quiero
terminar este artículo con la figura de Giorgio Germont porque, en
él, se encuentra una figura muy llamativa: en el acto II, le vemos
como una persona capaz de entrometerse en una pareja que se quiere y
pedir un sacrificio a Violetta; una persona con una marcada
personalidad austera,severa que le pide a su hijo que vuelva a la
familia(“Di Provenza il mar, il sol”) pero que, con el desarrollo
de la ópera, se hace algo más amable:le reprocha al hijo como ha
insultado a Violetta(“Di sprezzo degno”) ,que culmina en el acto
último confensando a su hijo el sacrificio de amor de ella y
viendo,con horror, como ella muere en los brazos de su hijo mientras
él se maldice(Oh,
malcauto vegliardo!
Ah, tutto il mal ch'io feci ora sol vedo!...¡Ah, viejo malvado! Ahora veo todo el mal que he hecho).
Ah, tutto il mal ch'io feci ora sol vedo!...¡Ah, viejo malvado! Ahora veo todo el mal que he hecho).
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