jueves, 28 de noviembre de 2019

Personajes: Floria Tosca



Tosca representa, personalmente, la mejor ópera de Giacomo Puccini. No va en deméritos de otra óperas posteriores, algunas de la grandeza de Madama Butterfly o Turandot, pero es que tiene algo que encandila y que hace de esta ópera, una de las más representadas. En sí, tiene un encanto especial porque contiene muchos sentimientos: amor, odio, celos, honor, venganza. Todo en una ópera que llega al espectador con cierta facilidad.



Pero también quiero incidir en el personaje principal, el de Floria Tosca porque en ella se ve una evolución visible desde los celos del primer acto, una fuerza escondida en el acto segundo y, por último, una cierta determinación en el último acto. El Barón Scarpia mantiene durante la ópera una aura maligna, de abuso de poder que lleva a la tortura física a Mario Cavaradossi...como emocional a la propia Tosca; el propio Cavaradossi mantiene también una cierta personalidad que le lleva a ser leal a Angelotti-político preso que se había escapado del Castillo de Sant'Angelo- y fiel a Tosca.



Decíamos que Tosca, en el primer acto, nos muestra su faceta celosa pero tampoco quiero ser duro en ese tema: en su felicidad con el pintor, sospecha de cualquier cosa que rompa esa sensación y, especialmente, el retrato que está pintando su amado de una virgen angelical que le turba. En ese veneno, el Barón Scarpia también colabora para meterle en más dudas respecto a Cavaradossi.






Detenido Cavaradossi y torturado para que desvele donde está Angelotti, Scarpia presiona en el ánimo de Tosca que, en principio, se muestra temerosa hasta el punto de pedir a Cavaradossi que le deje decir dónde está escondido pero, al final, ella cede y dice donde está el preso. Para liberar a Cavaradossi de su condena, el malvado Scarpia, como jefe de la policia, empieza a presionarla y dejarle caer que el único modo de salvar a su amado es ceder a sus pretensiones amorosas. Es ahí, en ese contexto, cuando vemos una de las arias más bellas, “Vissi d'arte”.






Al final, cede Tosca a los deseos de Scarpia pero pide que ella pueda verlo salvado pero él le confirma “que no puede hacer gracia abierta”, que todos deben saber la muerte de Cavaradossi. Ante Spoletta, y con Tosca de testigo, le informa a su esbirro que ha cambiado la condena, que será fusilado “como Palmieri”(evidente plasmación de un fusilamiento nada fingido sin que ella lo sepa). Ella, desesperada ante esa perspectiva de una noche de ser forzada por tal de salvar a su Mario, ve un cuchillo de una cena del barón y lo coge, ya sabe por una fuerza que le viene de dentro, que el destino de Scarpia lo tiene en la mano que sostiene el citado cuchillo.



Horas después, en el Castillo Sant'Angelo, Mario Cavaradossi siente que la vida se le apaga. Es en ese momento donde asistimos a otra de las grandes arias de la ópera en general, “E lucevan le stelle”, una verdadera carta de amor a la vida. En ese momento aparece Tosca con el salvaconducto y la buena nueva, Scarpia ha muerto y ha sido por ella. Asistimos a un dúo de amor incondicional que está lejos de esos celos del primer acto. También le desvela que, aunque será libre, debe someterse a un fusilamiento fingido y que debe actuar bien. Sin embargo, la realidad es otra y el fusilamiento es real; ella desquiciada ante la realidad y los rumores de los esbirros de Scarpia a su caza, se sube al muro de la terraza superior del Castillo y, después de un “Scarpia, avanti a Dio” se lanza mientras la orquesta toca las últimas notas.



No hay comentarios: